Académico español experto en prestación de ayuda para morir visitó la UV
Al doctor José Ramón Salcedo no le gusta hablar de eutanasia. Para él, los términos correctos que deberían comenzar a usarse son “atención integral al final de la vida” y “prestación de ayuda para morir”, que sería el último recurso en casos extremos. Profesor titular de Bioderecho de la Universidad de Murcia, fundador del Centro de Estudios de Bioderecho, Ética y Salud (Cebes) y director del Máster en Bioderecho: Derecho, Ética y Ciencia de la misma casa de estudios española, es investigador principal del Proyecto Europeo Pro Human Biolaw, es consejero experto del Consejo Asesor de Ética Asistencial de la Región de Murcia, ha asesorado en estas materias al gobierno de Italia y es colaborador de centros de estudios en ese mismo país y en Francia.
De visita en la Universidad de Valparaíso para dictar la ponencia “Atención integral al final de la vida y eutanasia”, en el marco del taller “Cuidados para una muerte asistida”, realizado en la Facultad de Medicina, y para sostener reuniones con el objetivo de avanzar en un convenio entre el Cebes de la Universidad de Murcia y la Escuela de Enfermería UV, el profesor Salcedo comenta que tuvo “una acogida magnífica. Nuestra intención es colaborar seriamente con la Universidad de Valparaíso en materias que son muy comunes y que nos interesan a ambas instituciones.
“El otro día tuvimos un workshop en el cual estuvimos tratando el tema de la atención integral a la persona en la fase final de su vida, la integralidad del cuidado en todos los sentidos, y dentro de ello, la fase final de la vida, pues es el tema que ahora está vigente en este país, cual es la ley de regulación de la eutanasia, que nosotros ya en España tenemos una ley en vigor. Es complejo, porque son temáticas que afectan a la vida de las personas y que son sensibles a la dignidad humana, pero que es importante enmarcar dentro de lo que tiene que ser esa atención integrada a la persona en la fase final de su vida, que arranca desde el momento en que empezamos a envejecer, a tener ciertos problemas de autonomía, que requerimos de cuidados. Hay que cuidar a las personas, hay que cuidar al cuidador, hay que prestar atención social, no solo la atención clínica y sanitaria. Bueno, pues todo eso es un cúmulo de actuaciones, que es lo que nosotros llamamos esa atención integral en el final de la vida”, explica.
“Y está también el tema de la eutanasia, que es una prestación más que perfectamente puede otorgar el servicio sanitario, siempre que se cumpla, evidentemente, con las debidas garantías y esté dentro de los supuestos establecidos legalmente. Es un tema conflictivo, pero creo que es un tema que hay que quitarle ya mucho hierro. Y a mí no me gusta llamarle eutanasia; a mí me gusta llamarle, como hace la ley española, una prestación de ayuda para morir en aquellos supuestos en los cuales verdaderamente la persona en base a su dignidad necesita ayuda, porque no le queda más remedio para irse de esta vida”, complementa.
Sobre cómo este tema puede o no dividir a la ciudadanía, tanto en Chile como en España, el profesor Salcedo argumenta que “siempre hay una cierta división, pero lo cierto es que los porcentajes de personas que están de acuerdo en que cuando el sufrimiento es tan extremo que ya no se puede soportar —y lo han dicho las encuestas realizadas aquí en Chile así como en su momento sucedió en el ámbito español—, esos porcentajes son muy altos, en el sentido de decir ya no es aceptable, ya la persona no puede soportarlo, tenemos que de alguna manera ayudarla a salir de esa situación de sufrimiento. Y, luego, tenemos que superar algo que yo creo que nos atenaza a muchos países y es una concepción de la vida como si tuviera un carácter sagrado, algo que viene dado por una instancia superior. Bueno, la vida pertenece a la persona. En el fondo, cuando se protege el derecho a la vida a nivel constitucional, lo que se protege es que nadie puede atentar contra nuestra vida, pero no que nosotros no tengamos la capacidad en situaciones extremas de disponer de la vida. De hecho, nadie impide que yo me quite la vida de una manera individual. Lo único es que, en este caso, cuando hablamos de una prestación sanitaria, damos el salto a generar un derecho subjetivo, porque significa que yo puedo pedirle al Estado que me otorgue ese derecho, pero esto da más garantías a la persona, porque solo se va a otorgar ese derecho cuando se cumpla con un requisito muy estricto”.
Salcedo pone énfasis en que estas son situaciones extremas, que afectan a un porcentaje muy menor de la población: “Estamos hablando de un dos por ciento de los casos; en los Países Bajos es alrededor de un cuatro por ciento, pero no es más; en el noventa y tanto por ciento restante lo que se necesita es una atención integral en la fase final de la vida. Respecto al cuándo, es fácil determinarlo, porque llega un momento en que el sufrimiento llega o alcanza tales proporciones y la situación es de tal irreversibilidad y, además, está claro que el tiempo que la persona va a permanecer con vida es tan relativamente corto, que no es muy difícil llegar a la conclusión de que esa persona evidentemente lo necesita porque no le queda más remedio. Y es respetable, así como hay que respetar a aquellos que están dispuestos a aguantar el sufrimiento hasta el último momento”.
Respecto a la futura colaboración con la UV, adelanta que “estamos con la idea de formalizar un convenio, primero con un protocolo general de actuación entre las dos universidades, y a partir de ahí hacer unos convenios específicos, con la idea de hacer una transferencia de conocimiento en el ámbito de lo que nosotros trabajamos, que es el bioderecho, el trabajo interdisciplinar entre diferentes ciencias, entre lo que es la ética, el derecho y la ciencia de la vida en general, para tratar temas del ámbito sanitario, del ámbito de la salud, del ámbito medioambiental aplicado de la salud, de las nuevas tecnologías en el ámbito sanitario, también. En lo primero que queremos empezar a trabajar es, para el año que viene, a ver si podemos organizar una especie de taller, de curso, en el cual podamos hacer divulgación de todo esto tanto en el ámbito del profesorado como de los estudiantes, pero también en el ámbito social. Porque creo que la universidad se debe a la sociedad y tenemos que hacer llegar, con palabras claras, con lenguaje asequible para la sociedad, estas cosas que pertenecen a su propia experiencia, a la propia dinámica de la sociedad y que no podemos en absoluto dejarla aparte porque no estaríamos cumpliendo con el objetivo de una universidad, que es verdaderamente servir a su ciudadanía”.
Esfuerzo sostenido de internacionalización
Para dialogar sobre la futura colaboración entre las universidades de Murcia y Valparaíso, el pasado jueves 17 de octubre el profesor Salcedo se reunió con los vicerrectores de Vinculación con el Medio y de Investigación de la UV, Carlos Lara y Juan Sandoval, respectivamente, y con el director de Relaciones Institucionales, José Luis Meza. En el encuentro estuvieron la directora de la Escuela de Enfermería, Paulina Gundelach; la encargada de Investigación de dicha Escuela, Cibeles González, y el profesor de la misma unidad e investigador del Centro de Estudios Interdisciplinarios en Teoría Social y Subjetividad UV, Nicolás Fuster, que fue el gestor de la venida del doctor Salcedo.
José Luis Meza comentó cómo las visitas de académicos de esta envergadura contribuyen al proceso permanente de internacionalización de la institución: “Yo diría que una de las cosas que destaca a nuestra universidad es que está natural e inherentemente internacionalizada. Por defecto, la operación de la actividad académica de la Universidad tiene una componente internacional muy evidente, lo que pasa es que yo creo que tenemos todavía un desafío para formalizar, evidenciar, transmitir y difundir ese fenómeno. En este caso particular, la Escuela de Enfermería tiene un trabajo muy dinámico, muy activo en vincularse con otros procesos y con otras instituciones en el exterior, y lo que esta visita hace es simplemente confirmar ese esfuerzo sostenido, que es parte también de la misión de nuestras unidades académicas, que nacen con la misión de internacionalizar sus procesos y usualmente son eficientes y logran hacerlo. Nosotros institucionalmente tenemos el desafío de, por supuesto, seguir apoyando ese trabajo, como lo hemos venido haciendo, pero también fortalecer, mejorar, profundizar nuestra capacidad para poner en valor aquello públicamente para comunicarlo, para socializarlo”, manifestó.
Fotos: Matías Salazar